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Europa después de la guerra

a Segunda Guerra Mundial marca una brecha en la continuidad de la historia del cine. Las industrias cinematográficas de cada país reconvierten sus producciones para apoyar la causa de su nación en guerra.

Aumenta la realización de documentales y cine informativo, sobre todo en el cine alemán, pero también, se utilizan las historias de ficción como vehículo de transmisión de las ideas que cada país defendía.

Una vez terminada la guerra , Europa se reconstruye y la posguerra se dejará sentir en la forma de hacer películas. Es una época de transición en la que directores muy jóvenes, en su mayoría surgidos del campo de la crítica cinematográfica, desean hacer frente al cine convencional y clásico. Para eso a lo largo de la década reclaman libertad de acción y creación y ayudas para financiar sus proyectos, y darán origen a unos movimientos con proyección cultural y política que fueron conocidos como la Nouvelle vague (Francia), el Free cinema (Reino Unido), el Neorrealismo italiano y el Nuevo cine alemán, entre otros:

NOUVELLE VAGUE: El cine francés continuó dominando el mercado mundial del cine artístico en las décadas de los años 1950 y 1960, produciendo cineastas muy independientes que experimentaron diversos modos de expresión. Junto con una producción en la que intervienen los directores como Jean Renoir (La carroza de oro, 1952), René Clair (La belleza del diablo,1950) se encuentran excepciones como la de René Clément, con su singular Juegos prohibidos (1952), Henry-George Clouzot con la sorprendente El salario del miedo (1956), la originalidad y trascendencia del trabajo de Jacques Tati, maestro del humor inteligente y crítico como lo demostró en La vacaciones de Monsieur Hulot (1951) y Mi tío (1958), y el singular trabajo de Robert Bresson que busca una ruptura en las formas a través de Diario de un cura rural (1950) y Un condenado a muerte se ha escapado (1956). En 1958 irrumpen los directores de la llamada Nouvelle vague que marcará los nuevos itinerarios para el cine posterior. François Truffaut (Los cuatrocientos golpes, 1959; Fahrenheit 451, 1966). Jean-Luc Godard (Al final de la escapada, 1959), Claude Chabrol, Louis Malle, Eric Rohmer, Alain Resnais (Hiroshima, mon ameur, 1959) son algunos de los nombres más célebres.
A pesar de que el cine francés manejaba planteamientos lejanos a los hollywoodenses, tampoco pudo escapar de la enorme influencia que ejercieron los grandes estudios durante los años 40 en el resto de Europa. Así, la Nouvelle vague se inspiró también en el cine comercial estadounidense, pero siempre desde la perspectiva europea.

A pesar de las grandes diferencias que a veces había entre ellos, lo que unió a todos fue la reivindicación del cine como lenguaje autónomo y el anteponer siempre la libertad creadora a toda exigencia comercial. Partiendo de su identificación como grupo, se unieron en la revista Cahiers du Cinéma, desde la que expusieron su teoría de quién es el verdadero autor: en el cine es solamente el director, cuya personalidad queda grabada en la película a pesar de las presiones de los estudios o las influencias exteriores de cualquier otro tipo.
En los años setenta los cineastas de la Nouvelle vague siguen dando muestras de talento, como Truffaut con La noche americana (1974); Louis Malle, que en Lacombe Lucien (1974) hace un impecable análisis de la Francia pronazi; Chabrol indaga en el género policíaco con El carnicero (1970). Godard provocó un escándalo con Yo te saludo, María (1985).

FREE CINEMA BRITÁNICO: Si bien el cine británico mantiene las líneas creativas de los 40 con superproducciones como Lawrence de Arabia (1962) o películas de terror como La maldición de Frankestein de 1957 y Drácula de 1958; al igual que en Francia los jóvenes cineastas de Gran Bretaña sentían en deseo de renovación y vuelta a la realidad. Querían mostrar la vida sin glamour ni grandes temas, buscando esa verdad en la gente de la calle.
Los cineastas del Free cinema estaban más próximos a la realidad y reivindicaban cambios sociales concretos; rechazaban el conformismo y la hipocresía de la tradición monárquica inglesa.

NEORREALISMO ITALIANO: El cine italiano renace a finales de los años 40. Gracias a la aparición del Neorrealismo logró captar la atención mundial y dio a conocer al público a varios de los directores principales de Italia.

El Neorrealismo italiano recibe influencias de las cinematografías de distintos países: las ideas del cine-ojo de Dziga Vertov, las imágenes naturalistas de Renoir y el realismo negro francés. Todas estas influencias confluyen en un cine de realismo intenso, rodado en escenarios naturales y con actores no profesionales, uniendo el documental y la ficción para mostrar los problemas de la sociedad. Este movimiento se inició con Roma, ciudad abierta (1945) de Roberto Rossellini, principal artífice del movimiento junto con Vittorio de Sica, Luchino Visconti y Giuseppe de Santis.

La guerra y la situación dejada por ella eran algunos de los temas recurrentes. Vittorio de Sica retrató la miseria y el desarraigo social en la posguerra italiana en Ladrón de bicicletas (1948), rodada por entero en las calles de Milán, que reflejaba la dura realidad de la posguerra italiana. Visconti, autor de obras como Rocco y sus hermanos, partía de unos planteamientos más estéticos introduciendo un aliento poético en la realidad.

En la década de los cincuenta el Neorrealismo fue perdiendo fuerza. El cine italiano, más amable y vital, fue derivando hacia la comedia social. No obstante, la tradición neorrealista siguió conservándose en autores como Pier Paolo Pasolini con El evangelio según San Mateo (1964), mientras que Federico Fellini, que había participado en los inicios del movimiento, le dio un estilo más poético, como muestran La dolce vita (1960) u Ocho y medio (1963). También uno de los más polémicos directores de la década de 1960, Michelangelo Antonioni, emergió del movimiento neorrealista.

En los años setenta el cine italiano cambió hacia un constante debate sobre la situación política. El cineasta más influyente de este período fue Bernardo Bertolucci, autor Novecento (1976). Los viejos cineastas que comenzaron con el Neorrealismo cambiaron sus planteamientos estéticos. El toque lírico de Visconti lo encontramos en Muerte en Venecia (1971). El peculiar universo de Fellini, entre lo fantástico y lo onírico, lo vemos en Roma (1972) y Amarcord (1973).

NUEVO CINE ALEMÁN: Algún tiempo después del surgimiento de la Nouvelle Vague, en 1962 en Alemania un grupo de cineastas jóvenes firmaron el Manifiesto de Oberhausen y que compartían un punto de vista crítico sobre la sociedad de su tiempo, rechazando de plano el complaciente materialismo burgués. Algunos de los nombres más destacables fuerin Volker Schlöndorff y Werner Herzog. Durante los años 70 y 80 merece la pena destacar a Wim Wenders, y a Rainer Werner Fassbinder, que llevó el cine alemán al nivel de los mejores cines europeos.

Otras cinematografías del mundo: Entre los países que se destacan se encuentran Japón e India. El cine de estos países se desarrolló en un camino más alejado e independiente al cine europeo y norteamericano.

Recién a partir de los años 50 Occidente se percata de la existencia del cine de Oriente. En 1951, la película Rashomon de Akira Kurosawa ganó el premio del Festival de Cine de Venecia dando a conocer el potente cine de su país al público occidental, después de años en que maestros japoneses del cine, como Yasujiro Ozu, hubieran sido la fuente de inspiración para los cineastas occidentales. En varia ocasiones el cine norteamericano llega a plagiar obras del cine japonés como sucede con Los siete samuráis de 1954, del mismo Kurosawa, de la que los estadounidenses hacen Los siete magníficos de John Sturges, seis años después. Hoy en día el cine japonés es una de las fuentes mas influyentes de inspiración para el cine de Estados Unidos.

Por su parte, India, a partir de la incorporación del sonido, se inclina a las películas rodadas en su mismo idioma y que contienen historias en las que se sienten identificados. En estos días, India es una de los países en el mundo con mayor producción cinematográfica, adaptando grandes superproducciones comerciales de todo el mundo, a sus versiones hindúes.

Post edad dorada

Una vez que el sistema de estudios de Hollywood, dejó de dominar al mercado universal, comenzó a emerger el panorama internacional. Así, películas europeas y japonesas se empiezan a instalar en norteamerica.

En 1940, la primer película que se destaca es la del recién llegado Orson Welles, Ciudadan Kane, que rompe con muchos esquemas que había hasta el momento desde el punto de vista visual, gracias al aporte del director de fotografía Gregg Toland, y narrativo. Esta película marca un hito en la historia del cine mundial y arma las bases para muchos de los cambios que se producen en la cinematografía universal.

Estos años estuvieron marcados por la producción de películas de cine negro como El halcón maltés de 1941 con Humphrey Bogart; Casablanca (1942), de Michael Curtiz, con una pareja protagonista inolvidable: Ingrid Bergman y Bogart. Gilda (1946), de Charles Vidor, con Rita Hayworth y Glenn Ford. Fueron años de gran variedad temática y de excepcionales interpretaciones. Se puede hablar de Charles Chaplin (El gran dictador, 1940), de John Ford (Las uvas de la ira, 1940, con Henry Fonda), de William Wyler (La carta, 1940; La loba, 1941; las dos interpretadas por Bette Davis) y de George Cukor (La costilla de Adán, 1949, con una pareja sorprendente: Spencer Tracy y Katharine Hepburn).

No obstante, el cine estadounidense de los cuarenta se vio delimitado en su producción por la entrada del país en la Segunda Guerra Mundial, que impulsó el cine de propaganda desde el documental y el cine de ficción, en películas en las que el heroísmo del soldado estadounidense quedaba bien destacado, como en Treinta segundos sobre Tokio (1944), de Mervyn LeRoy, y Objetivo Birmania (1945), de Raoul Walsh.

También se vió condicionado en su creación por las iniciativas del Comité de Actividades Antiamericanas. Directores, guionistas y actores sintieron la persecución implacable de la Comisión dirigida por el senador Joseph McCarthy. Fue la denominada "caza de brujas", una batalla política con la que se pretendió sanear Hollywood de comunistas.

En esta tesitura se moverá la producción cinematográfica en los cincuenta, en la que el cine de género continuará su marcha con singulares aportaciones. En el western se revisan sus planteamientos, con películas como Flecha rota (1950), de Delmer Daves en la que el indio ya deja de ser el malo de la película.

El musical alcanza su cumbre con las aportaciones de Stanley Donen y Gene Kelly (Un americano en París, 1951; Cantando bajo la lluvia,(1952). Hollywood produce mucha ciencia-ficción influenciado por la literatura de la época y por la tensión de la "guerra fría" entre las dos superpotencias (Ultimátum a la tierra,1951, de Robert Wise; El increíble hombre menguante, 1957, de Jack Arnold). Y también, comedias (Con faldas y a lo loco, 1959, de Billy Wilder), melodramas (Obsesión, 1954, de Douglas Sirk), historias de ambiente juvenil (Rebelde sin causa, 1955, de Nicholas Ray) y mucho cine de entretenimiento que llega con las superproducciones (Los diez mandamientos, 1956; Ben-Hur, 1959, de Wyler) que acomete la industria estadounidense para intentar atraer a la sala al público que durante estos años vive más pendiente de la televisión y del esparcimiento social.

La hegemonía del cine estadounidense ha predominado desde el pricipio de la historia del cine universal, en primer lugar por razones estéticas ya que el cine norteamericano fue concebido para un público dispar y heterogéneo. Presenta historias fácilmente entendibles por la mayoría pero a su vez cuidadas y atractivas. Por otro lado, el cine de Hollywood ha conseguido instalarse en la cultura de todo el mundo debido a razones también políticas y económicas. El afán de Estados Unidos de exportar su forma de vida americana y su modelo de hacer política, también ha llegado a influenciar al cine.

Europa 30 y 40

Después de la implementación del sonido, el panorama en Europa es amplio y disperso, pero por sobre todo, muy rico a nivel artístico. Sin embargo, el clima político que se vive durante estos años y la llegada de la Segunda Guerra Mundial afectaron sustancialmente el modo de hacer cine y los temas que abordan quienes dirigen las películas.

Para los comienzos de los años 30 el cine aleman era el único que estaba a la altura de competir con la gran industria cinematográfica de los Estados Unidos. Pero en 1933, con el advenimiento de los nazis al poder, la poderosa industria cinematográfica alemana queda desmantelada: muchos de sus profesionales, de origen judío, se ven obligados a salir del país y emigran al resto de Europa y, sobre todo, a Estados Unidos. A partir de ahí, quedan sólo unos pocos cineastas que estan a favor del nuevo régimen. Obras de singular relieve como El flecha Quex de 1933, Hans Steinhoff y El judío Süss de 1940 de Veit Harlan marcan esa época junto con dos de los pilares del documentalismo cinematográfico: El triunfo de la voluntad de 1934 y Olimpiada de 1936. Con un deseo de superar viejos traumas y, sobre todo, volver la mirada a la sociedad, surge el neorrealismo impulsado por una generación que, aunque escasa de recursos, supo ofrecer algunas de las historias más brillantes del cine en la inmediata postguerra.

Con la devacle del cine alemán, el cine francés para a ser el más importante de Europa. Allí encontramos a directores que se mueven entre el realismo que ofrece la tradición, los ambientes populares y los dramas, con dosis de fatalismo. Cineastas como René Clair y Jean Renoir se consolidan como clásicos y surgen nuevos directores de vanguardia como Jacques Becker y Robert Bresson.

Las películas mas significativas de estos años son: Catorce de julio, 1932, de Clair; Los bajos fondos, 1936; La regla del juego, 1939, ambas de Renoir; El muelle de las brumas, 1938 de Marcel Carné, entre otras.

La guerra delimitó espacios. Más allá de abordar temas realistas, los directores franceses se centraron en las adaptaciones literarias y muy académico en las formas, un cine llamado "de qualité". Por otra parte, al público francés, le gustaba mucho su propio cine y eso ayudó a afianzar la industria de cine francesa como la única en Europa capaz de oponerse, dentro de sus limitaciones, al predominio estadounidense.

El cine británico, por su parte, hasta esos años tenía una estrecha relación de colaboración e intercambio con Hollywood, pero tuvo que implementar una estructura de proteccionismo para su cine debido a la implantación del cine estadounidense en su mercado e industria.

El gran impulsor del cine inglés de los 30 fue Alexander Korda, director y productor que consiguió uno de sus grandes películas en La vida privada de Enrique VIII(1933). Son los años en los que Alfred Hitchcock demuestra que sabe contar historias con Treinta y nueve escalones, 1935 y Alarma en el expreso, 1938, sin embargo la poderosa llamada de la industria Hollywoodense acabaría por atraerlo y continuar su carrera e inmortalizarse como uno de los directores mas importantes de todos los tiempos en suelo norteamericano.

Durante los 30, los ingleses, confirmaron ser los maestros del documental y del cine informativo de la mano de directores como John Grierson y Robert Flaherty.

En los años 40 dominan la producción de películas de prestigio como Enrique V dirigida y actuada por Laurence Olivier, uno de los mejores actores británicos y el que mejor adapataciones de Shakespeare realizó. Películas que se realizan en estos años como Larga es la noche de 1947 y El tercer hombre de 1949, ambas dirigidas por Carol Reed y Ocho sentencias de muerte de 1949, son de las mas notables.

En cuanto a Italia, el contexto político marcado por el régimen fascista de Mussolini, genera que su cinematografía se vea marcado por una veta propagandística, lo que impide que florezca. Por otro lado, la comedia intrascendente, llamada de “teléfonos blancos” de Mario Camerini en la línea de Que sinvergüenza son los hombre de 1932.

No obstante, en la inmediata postguerra cobrará fuerza un movimiento neorrealista centrado en temas sencillos, extraídos de la vida cotidiana y plasmados con gran realismo y un tono visual próximo al documental.

El cine soviético alcanza unos de sus grandes momentos con Iván el Terrible(1945), de Sergei M. Eisenstein, mientras que la presión política que se ejerce sobre los creadores obligará a realizar otras muchas películas que pretenden ensalzar la figura de Stalin, un culto a la personalidad que dará origen a un retroceso en la producción cinematográfica y provoca el exilio de los grandes directores, incluso del mismo Eisenstein.

En otros rincones del mundo la historia del cine también sigue su curso, aunque sin mucha repercusión en Europa o Estados Unidos. El cine japonés es prácticamente desconocido en Occidente en aquellos años, aunque la década de los treinta ya cuenta con autores importantes. No será hasta décadas después cuando el cine japonés u oriental comience a expandirse por el resto de culturas y a influenciar las maneras occidentales de hacer cine.

Edad de Oro del Cine

La consolidación de los grandes estudios que fueron fundados en Estados Unidos desde comienzos de los años diez, permitieron que la década del treinta se definiera como la Edad de Oro de la industra cinematográfica estadounidense y del mundo.

Se contempló a la Metro Goldwyn Mayer (con su famoso león en la presentación de todas sus películas), Paramount y Warnercon respeto, sobre todo porque fueron los Estudios que dispusieron de mayores recursos tecnológicos y humanos. Después se incorporaría al grupo la 20th Century Fox. En cualquier caso, la exclusividad no impidió un intercambio a lo largo de los años de actores y directores según intereses afines.

La MGM se hizo con el estrellato cinematográfico gracias a los temas románticos dirigidos por Clarence Brown e interpretados por Greta Garbo (Ana Karenina,1935), las más diversas historias firmadas por Victor Fleming (La indómita,1935; Capitanes intrépidos,1937), en especial dos películas que marcaron una época de esplendor: Lo que el viento se llevó de 1939, con Clark Gable y Vivien Leigh, y El mago de Oz del mismo año, con una jovencísima Judy Garland. Los hermanos Marx fueron dirigidos por Sam Wood en sorprendentes películas como Una noche en la ópera (1935) y Un día en las carreras (1937). La producción musical del Estudio quiso ser una proyección de los espectáculos de Broadway, tanto operetas como historias con mucho baile.

La Warner Bros. supo desarrollar hábilmente géneros como el cine negro y el cine de aventuras. Títulos tan representativos comoHampa dorada (1930) y Soy un fugitivo (1932); en el cine de aventuras destacan las aportaciones de Michael Curtiz, representativas de un modo de hacer que atrapó al público de la época: La carga de la brigada ligera (1936) y Robín de los bosques (1938). Y en el campo musical sobresalieron las películas barrocas dirigidas y coreografiadas por Busby Berkeley.

Paramout por su parte apoyó los grandes filmes históricos de Cecil B. De Mille como El signo de la cruz (1932) y Cleopatra(1934), la comedia sofisticada y de fina ironía de Ernst Lubitsch (Un ladrón en mi alcoba,1932La viuda alegre,(1934) o el cine de gangsters y de terror dirigidos con buen pulso por Rouben Mamoulian Las calles de la ciudad,1931; El hombre y el moustruo. Dr. Jekyll y Mr. Hyde,(1932). Sus películas musicales fueron mas bien historias en las que diversos actores cantaban unas canciones.

La Universal se especializó en cine de terror con inolvidables películas que han marcado a buena parte del cine posterior de género.Frankenstein(1931) y El hombre invisible(1933), entre otras. Tod Browning dirigió Drácula (1931), con un inimitable Bela Lugosi, y una sorprendente e inigualable La parada de los monstruos (1932).

La RKO produjo los musicales de la pareja de baile más famosa del cine: Fred Astaire y Ginger Rogers, especialmente con La alegre divorciada (1934) y Sombrero de copa (1935).

La Columbia se centró en una producción más familiar, destacando las comedias de Frank Capra en la línea de Sucedió una noche(1934), con Claudette Colbert y Clark Gable, El secreto de vivir(1936), con Gary Cooper y Jean Arthur, y Vive como quieras(1938), con Jean Arthur emparejada en esta ocasión con James Stewart.

El sistema de estudios se hace fuerte, durante los años 30 y 40, gracias al eficaz control global del mercado que ejercen estos estudios sobre todo el proceso de producción de una película.

Durante todo este período, la industria cinematográfica norteamericana dominó el panorama mundial gracias a las grandes cantidades de dinero que eran invertidas en cine.

El potencial de los estudios de Hollywood radicaba en la integración vertical de todo el proceso de creación de una película. La industria cinematográfica estadounidense logró desarrollar un complicado sistema para controlar la producción, la distribución y la exhibición de las películas, es decir que su trabajo empezaba en la grabación del filme y terminaba cuando éste era mostrado a los espectadores. Era, por tanto, un sistema que garantizaba enormes beneficios para estas pocas sociedades que eran partícipes del negocio.

La principal fuente de poder de los estudios de Hollywood no se la proporcionaba la gran producción de películas, sino la extensa red de distribución que poseían no sólo a lo largo de Estados Unidos, sino del mundo entero.

La posesión de cines era el motor que movía la industria. Cuantas más salas se disponía, más películas era necesario producir. De esta manera se podían llegar a producir desde películas mediocres, cuya única función era rellenar la cartelera, hasta los grandes proyectos soñados por los más prestigiosos cineastas, no solo de Estados Unidos, sino del mundo entero. Así, la industria hollywoodense atrajo a profesionales del cine de toda índole, puesto que necesitaban todo el personal posible para producir esa enorme cantidad de películas.

A pesar de manejar este proceso tan eficaz de realización de películas, diversos contratiempos empezaron a sacudir los cimientos de esta industria. La depresión de los años 30 trajo un menor afluente de público. Por otra parte, la Segunda Guerra Mundial que se llevaba a cabo en el corazón de Europa, provocó una reducción de los ingresos que se recibían del extranjero.

Al mismo tiempo, la ley comenzaba a actuar sobre el oligopolio de empresas. Desde 1938, bajo la administración de Roosevelt, se trató de controlar el monopolio ejercido por los grandes estudios y se las presionó para que se desprendieran de sus circuitos de exhibición. Finalmente, en 1948, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos dictaminó que la utilización simultánea de medios de producción, distribución y exhibición era ejercer actividades monopolísticas y que los estudios debían desprenderse de sus salas de cine. Es decir, el sistema que había hecho prosperar el sistema hollywoodense no solo en Estados Unidos, sino en medio mundo, era desmantelado, lo que marcó el final de la “Edad de Oro” de los estudios de Hollywood.

A pesar de estas dificultades el sistema de estudios de Hollywood consiguió sobrevivir. Todas las sociedades cinematográficas superaron los años de la Depresión, durante la guerra se desarrollaron los mercados interiores y, durante los años 40 consiguieron contener y evitar los intentos del gobierno federal por alterar su oligopolio.

Cine sonoro

Desde finales del siglo XIX, cuando se producen las primeras imágenes en movimiento, se intentó que tanto el fonógrafo inventado por Edison como el gramófono diseñado por Emil Berliner pudieran ser acoplados al Cinematógrafo.

No obstante, cuando el Cinematógrafo comienza a difundirse por el mundo, lo empresarios tenían más interés en explotar el nuevo espectáculo que en pensar en rentabilizar algo nuevo, económicamente más costoso.

Si bien la idea de combinar imágenes en movimiento con sonido grabado es casi tan antigua como el propio concepto de cine, no fue hasta finales de la década de los 20 que se hace viable como proyecto tanto desde el punto de vista tecnológico como comercial.

Fue la Warner Bros., que en ese momento se encontraba en una delicada situación financiera, la primera empresa que se arriesga a producir las primeras películas "sonoras" y "habladas". El primer intento parcial se aprecia en Don Juan(1926), y el segundo y más importante, en El cantor de jazz (1927),que pasó a la historia como la primera película que sincroniza diálogos a la imágen y no sólo sonidos. Ante el éxito de éstas, muy pronto todos los grandes estudios montaton sus propias películas sonoras y en menos de un año el cine mudo pasó a ser algo del pasado. Ya para principios de los años 30, el cine sonoro era un fenómeno a nivel mundial.

La polémica suscitada entre la Warner con su sistema llamado Vitaphone suponía la sincronización del disco con el proyector cinematográfico, la Fox que tenía el sistema Movietone y la RCA con su sistema Photophone, éstos con el registro del sonido en la misma película,llamado sonido óptico, y otras empresas, obligó a decidir adoptar un sistema estándar de sonido para evitar el caos en la industria. Se decidió que el más apropiado era el sonido óptico, porque iba impreso en la misma película.

Las primeras películas sonoras que comenzaron a circular por todo el mundo se adaptaron a las circunstancias del momento. Se proyectaron películas mudas sonorizadas y se remontaron otras incorporándoles partes sonoras. Los Estudios afincados en Hollywood comenzaron a producir películas en varias versiones (idiomas) con el fin de comercializar cada una en su correspondiente país, sobre todo cuando la versión original con subtítulos fue rechazada en la mayoría de los países. Este sistema perduró durante unos años hasta que vieron que resultaba muy costoso. Fue el momento en que los productores decidieron adoptar el doblaje como opción más económica. Con el tiempo, se adoptó e implantó definitivamente dicho procedimiento en casi todos los países, con lo que la obra original comenzó a tener "versiones" derivadas de la traducción realizada en cada país.

Hay varias películas de la época que muestran los problemas que causó la incorporación del sonido al cine, entre ellas cabe mencionar,La muchacha de Londres (1929) de Alfred Hithcock, M el vampiro de Dusseldorf (1931) de Fritz Lang, pero sin duda la que ilustra de mejor manera las vivencias de los actores y los problemas económicos y técnicos vividos en los grandes estudios estadounidenses durante los rodajes de las primeras películas sonoras es Cantando bajo lluvia de 1952 de Stanley Donen.

Cine como lenguaje

A partir de 1910, los cineastas europeos comienzan a producir películas más largas, que tienen mucho éxito. Algunas de estas producciones dan el impulso para la construcción de escenografías, decorados, puesta de luces y tratamientos innovadores en cuanto a la iluminación y al uso del espacio en la escena.

Fue en este momento que se dio un paso fundamental; cambiar la cámara de lugar, buscar nuevos ángulos desde los que contar la historia al tiempo que se mantiene la continuidad de acción. Se construyen una situación a partir del plano-contraplano y los rótulos que se intercalan colaboran al diálogo de los personajes.
Cine norteamericano:

El paso más relevante hacia la consolidación de un lenguaje cinematográfico específico lo ofreció el director estadounidense David W. Griffith, quien transformó tanto el arte como el negocio del cine y tuvo la capacidad de organizar todos los avances que se habían tenido hasta ese momento. Después de realizar mas de 400 cortometrajes entre 1908 y 1913, desarrolló y descubrió cada técnica importante del cine para manipular tiempo y espacio: el uso alterno de close-ups, planos medios y panorámicas distantes, el control del ritmo de edición, el uso efectivo de las tomas con movimientos de cámara como travellings y paneos, la iluminación como parte del clima de la escena, el comentario narrativo, el detalle poético y el simbolismo visual. También se centró en la dirección de actores en cuanto a minimizar la sobre-actuación que existía en esos tiempos.

Sus enormes conocimientos se lograron concretar en dos películas que han pasado a la historia del cine como las más emblemáticas de la narración cinematográfica primitiva: El nacimiento de una nación de 1915 e Intolerancia de 1916. Estas películas hicieron que los cortos de diez minutos quedaran atrás.

Desde 1908 a 1918 fue la década mas importante en la historia norteamericana del cine debido a la Primera Guerra Mundial que destruyó y restringió la industria cinematográfica de Europa. Esta situación promovió la creación de los primeros grandes estudios en Hollywood, California, como Fox, Paramount y Universal.

Aparecieron, así, las conocidísimas comedias mudas norteamericanas, y ya para 1916 Charles Chaplin era el rostro más conocido del mundo. Surgiendo de esta manera las primeras estrellas de cine que surgieron a la fama. Éste desarrolló sus fundamentales argumentos temáticos sobra la base de un tono tragicómico, como se puede observar en películas como El chico de 1921 y La quimera de oro de 1925.

La siguiente década en la historia del cine norteamericano, de 1918 a 1928 fue mas que nada de estabilización. Las películas se producían en verdaderas fábricas y las compañias cinematográficas se volvieron monopolios que controlaban la producción, la distribución y la exhibición de las mismas.

En 1923 se fundó la Warner Brothers que contribuiría a un paso decisivo en la evolución del cine, y la Metro-Goldwyn-Mayer.

El cine estadounidense se benefició a lo largo de estos años de la presencia de numerosos directores y técnicos europeos que decidieron probar fortuna en su industria. Entre los inmigrantes más reconocidos de esta época se encontraron los austríacos Erich von Stroheim, muy agudo a la hora de abordar temas sociales con ironía y realismo y Joseph von Sternberg, quien puso los cimientos de un género típico americano, el cine de gangsters, con la película La ley del hampa (1927). El alemán Ernst Lubitsch da sus primeros pasos hacia un cine mordaz e irónico que consolidará tras la implantación del cine sonoro. El sueco Victor Sjöström dejará su buen hacer en El viento(1928) y el francés Jacques Feyder aprovechará la presencia de Greta Garbo para rodar con la Metro Goldwyn MayerEl beso(1929).
Cine europeo:

En la década del 20, Europa se comienza a recuperar de la guerra y produce uno de los períodos más ricos en cuanto a arte en la historia del cine. Todos los movimientos artísticos que se proyectan en el continente influyen de manera determinante en el cine. Desde diversas perspectivas y en casi todos los países, directores jóvenes y con grandes ideas teóricas y creativas, ofrecen un buen conjunto de películas que dejarán profunda huellas en las generaciones posteriores.

Los ejemplos mas influyentes de este avance artístico en el cine se ven en:

Alemania: El cine alemán, estimulado por el EXPRESIONISMO en la pintura y el teatro, creó extrañas escenografías expresionistas para fantasías tales como El Gabinete del Dr. Caligary de Robert Wiene (1919), Nosferatu de Murnau (1922) yMetropolis de Fritz Lang (1927). Los alemanes también trajeron su sentido del decorado, la luz atmosférica e inclinación por una cámara frecuentemente en movimiento para estudios realistamente políticos y psicológico.

Francia:Los directores franceses asumen, además de sus películas, un compromiso teórico fundamental publicando algunos libros y desarrollando nuevas fórmulas narrativas que se anticipan en el tiempo al cine espectáculo, un ejemplo se encuentra en Abel Gance que ruedaNapoleón en 1927; película que ofrece diversas innovaciones técnicas, entre otras la pantalla múltiple, anticipo del sistema Cinerama. Son años dominados también por el futurismo de Fernand Léger o Man Ray y el surrealismo de Germaine Dulac, Luis Buñuel y Salvador Dalí.

Rusia:El cine surgido de la Revolución Rusa de 1917 aporta numerosas e importantes aplicaciones teóricas en el cine. Las películas no sólo eran hechas para entretener sino para instruir a las masas acerca de los alcances políticos y sociales de su nuevo gobierno. El“cine ojo”de Dziga Vertov que marcó por primera vez la objetividad de la cámara o el laboratorio experimental para la teoría del montaje de Lev Kuleschov son dos ejemplos notables de esos años. Sin embargo, el gran maestro soviético fue Sergei Einstentein, director que supo aprovechar y enriquecerse con las aportaciones de directores de todo el mundo para construir un cine de gran efectividad plástica e ideológica. Su teoría mas fuerte se basaba en el uso del montaje y la edición para crear emoción y afectar actitudes ideológicas. Sus películas más celebres sonEl acorazado Potemkinde 1925 yOctubre de 1927. Otro directores que vale mencionar por su aporte al cine ruso de la revolución son Vsevolod Pudovkin y Aleksandr Dovjenko.

En otros países de Europa las aportaciones no alcanzaron a ser significativas durante este período.
 
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